Es interesante tratar de definir lo que significa este género para mí. Básicamente se podría sintetizar en la relación de dos personas en la cuál una se somete a la otra para que le haga preguntas. Las formas de edición pueden ser muy variadas, y creo que es lo más importante de este género, la forma en que el entrevistador decide encarar la entrevista. De todos los ejemplos que leí los que más me llamaron la atención son los de Andy Warhol, que es muy difícil de clasificar porque responde con monosílabos y es importante el aporte que el periodista hace porque va rellenando los espacios con partes de la biografía del protagonista. En la entrevista a Marilyn Monroe, en cambio, se logra una descripción del espacio mucho más real, y el final es muy conmovedor. Por otro lado, las respuestas tan extensas de Italo Calvino que es imposible agregarles más. Y referido a él, hasta qué punto no es molestia para aquellos artistas, escritores que viven de este oficio, inspirarse, porque tienen siempre un periodista visitándolos y de alguna manera interrumpiendo su trabajo. Como resalta Italo Calvino en “sus pensamientos antes de una entrevista” donde dice “tengo miedo que mi novela no avance ni un paso”.
En otro extremo está la entrevista de Coupland a Morrisey que se incluye dentro de la misma y cuenta cuán fanático es.
Son entrevistas muy diversas, cada uno tiene su forma de trabajar, y otra cosa es la entrevista que uno realiza, cómo la edita y se introduce en este ámbito que es tan desconocido para algunos como para mí.
En mi caso había leído los textos de Ulibarri y Arfuch y los tomé como una especie de mapa de lo que debía o no hacer. Algo que tomé muy en cuenta y que dice Ulibarri es preservar las apariencias con el entrevistado. La verdad es que como era mi primera entrevista no sabía como ir vestida. ¿Cómo se viste un periodista? No lo sé. Yo no me visto extravagante pero quería ir acorde a la ocasión, y al mismo tiempo no generar una distancia con mi entrevistado para que no influyera de ningún modo en la entrevista. Entonces decidí vestirme de Alejandra, como siempre, sencilla. Aunque suene divertido, este punto es importante, una no va a ir a entrevistar a los chicos de África con un traje, tampoco creo que sería mi estilo, pero trataría de que tomen confianza y logre que hablen, porque al fin y al cabo eso se busca de la entrevista, lograr que la otra persona conteste a tus preguntas siendo lo más sincero posible.
Antes de ir al encuentro con las maestras del Garrahan, preparé mi Mp3, lo revisé y por las dudas llevé pilas de repuesto. Al momento de usarlo no se habló de prenderlo o no, yo lo prendí y lo puse sobre la mesa. Frente a esta situación y lo que hablamos en clase, me puse a pensar que por ahí fui demasiado “bruta” o “descortés” porque en ningún momento pregunte si le molestaba que grabara la conversación, y además lo coloque muy cerca. No creo que le haya molestado porque no me dijo nada, y posteriormente se notó bastante cómoda.
Por otro lado con respecto al anonimato, le pregunté el nombre y si lo podía reproducir en la entrevista, y me dijo que sí. No pasando lo mismo con la chica que entrevistamos con mi compañera, que se había curado de leucemia pero que por vergüenza y nosotras por respeto aceptamos no nombrarla en la entrevista. Algo también acordado desde el primer momento.
Ulibarri fue el que más me gustó de los autores y creo que me sirvió para llevar los pasos de la entrevista a cabo. Lo que sí es cierto que no me sacó los nervios de la primera vez, y tampoco me los va a sacar nunca. Me parece que todas las entrevistas son importantes y cada una es especial en su interior porque busca objetivos diferentes. Esa creo que es la tarea más difícil y es el miedo de no poder lograrlo. Es decir lo que produce tener tanto respeto a la entrevista.
En otro extremo está la entrevista de Coupland a Morrisey que se incluye dentro de la misma y cuenta cuán fanático es.
Son entrevistas muy diversas, cada uno tiene su forma de trabajar, y otra cosa es la entrevista que uno realiza, cómo la edita y se introduce en este ámbito que es tan desconocido para algunos como para mí.
En mi caso había leído los textos de Ulibarri y Arfuch y los tomé como una especie de mapa de lo que debía o no hacer. Algo que tomé muy en cuenta y que dice Ulibarri es preservar las apariencias con el entrevistado. La verdad es que como era mi primera entrevista no sabía como ir vestida. ¿Cómo se viste un periodista? No lo sé. Yo no me visto extravagante pero quería ir acorde a la ocasión, y al mismo tiempo no generar una distancia con mi entrevistado para que no influyera de ningún modo en la entrevista. Entonces decidí vestirme de Alejandra, como siempre, sencilla. Aunque suene divertido, este punto es importante, una no va a ir a entrevistar a los chicos de África con un traje, tampoco creo que sería mi estilo, pero trataría de que tomen confianza y logre que hablen, porque al fin y al cabo eso se busca de la entrevista, lograr que la otra persona conteste a tus preguntas siendo lo más sincero posible.
Antes de ir al encuentro con las maestras del Garrahan, preparé mi Mp3, lo revisé y por las dudas llevé pilas de repuesto. Al momento de usarlo no se habló de prenderlo o no, yo lo prendí y lo puse sobre la mesa. Frente a esta situación y lo que hablamos en clase, me puse a pensar que por ahí fui demasiado “bruta” o “descortés” porque en ningún momento pregunte si le molestaba que grabara la conversación, y además lo coloque muy cerca. No creo que le haya molestado porque no me dijo nada, y posteriormente se notó bastante cómoda.
Por otro lado con respecto al anonimato, le pregunté el nombre y si lo podía reproducir en la entrevista, y me dijo que sí. No pasando lo mismo con la chica que entrevistamos con mi compañera, que se había curado de leucemia pero que por vergüenza y nosotras por respeto aceptamos no nombrarla en la entrevista. Algo también acordado desde el primer momento.
Ulibarri fue el que más me gustó de los autores y creo que me sirvió para llevar los pasos de la entrevista a cabo. Lo que sí es cierto que no me sacó los nervios de la primera vez, y tampoco me los va a sacar nunca. Me parece que todas las entrevistas son importantes y cada una es especial en su interior porque busca objetivos diferentes. Esa creo que es la tarea más difícil y es el miedo de no poder lograrlo. Es decir lo que produce tener tanto respeto a la entrevista.
2 comentarios:
Siempre resulta difícil hacer una entrevista, me acuerdo la que hice el año pasado para el mismo taller, temía quedarme sin preguntas, a pesar de que ya tenía algo preparado. Pero creo que terminó saliendo bastante bien.
Quisiera leer la entrevista terminada, me gustó mucho el tema, muy interesante.
Alita te mando un beso!
Me voy a referir al tema que eligieron para la entrevista: Provoca (al menos en mí)una enorme admiración ante estos maestros de la vida.
La verdad es algo no muy "tocado" en los medios en general y merece ser conocido.
Los felicito por lo realizado.
Abrazo grande Ali.
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