viernes, 6 de junio de 2008

Tesis sobre el cuento. Ricardo Piglia

La primera tesis, y creo que la más importante de ellas es: “el cuento siempre cuenta dos historias”. Esta tesis plantea que en un cuento hay dos historias, una es la explicita, la que leo y la otra está entre líneas, siempre está presente en todo. Se la lee desde el comienzo al final del cuento, pero sólo es en el fin cuando nos damos cuenta de que estaba. Es como una historia dentro de una historia. Con Respecto a esto, es muy difícil empezar a escribir y que desde un primer momento se logre este efecto de “doble cuento”, o mejor dicho, mantener esta tensión de suspenso en relación a esa segunda historia que no se lee y, que al final logra un efecto sorpresa. Es esa segunda historia la que nos deja pensando en el cuento que se leyó. Cómo es posible armar un acontecimiento que en simultáneo esté contando dos cosas distintas, o que todo tenga un doble sentido.
“La teoría del iceberg de Hemingway es la primera síntesis de ese proceso (…) lo más importante nunca se cuenta. La historia secreta se construye con lo no dicho, con el sobreentendido y la alusión.” Pero no todos los autores son iguales y escriben con las mismas técnicas. Algunos nunca resuelven la segunda historia, y el autor puede imaginarse cualquier fin, o ninguno, o puede ser un fin ambiguo y sin sentido. Qué bueno que el lector se quede pensando en el final y pueda debatirse cómo le gustaría que terminara un cuento.
Cómo se puede lograr mantener dos códigos diferentes durante la escritura de un mismo cuento, qué interesante esa acción de grandes escritores de manejarlo con tanta fluidez (o por lo menos es lo que parece en sus lecturas).
Qué importante el aporte de cada autor y como Piglia los hace dialogar de alguna manera con “sus cuadernos de notas Chéjov registra esta anécdota: «Un hombre, en Montecarlo, va al Casino, gana un millón, vuelve a su casa, se suicida».” Dice que “sería narrada por Kafka en primer plano y con toda naturalidad. Lo terrible estaría centrado en la partida, narrada de un modo elíptico y amenazador.” O sería contada por Borges como “el relato del suicidio sería una historia construida con la duplicidad y la condensación de la vida de un hombre en una escena o acto único que define su destino.” Es difícil como lector lograr encontrar el método de trabajo de cada autor, está bien desarrollado en las tesis del cuento de Piglia. Pero al ver tantos ejemplos de cuentos entiendo la mucha lectura que me falta al respecto para entender óptimamente que quiere explicar Piglia.
De alguna manera nos está diciendo que se narra ocultando, pero no información, sino dándola implícitamente, como en las películas de suspenso se asombra al espectador al final. Produce que el leedor sea crítico, que entienda las dos historias, esto se logra con una buena lectura, no es fácil.
Mientras escribía esto pensaba en la Dictadura militar de la Argentina, y se me ocurría que este género como muchos otros lograban filtrarse entre las revisiones de los militares entre lo que estaba permitido y lo que no leer en esos tiempos. No es por un tema de aminorar a esta gente que tan mal le hizo a nuestro país, pero entiendo que en su estructura tan cerrada no lograban entender bien muchas cosas (música, libros, cuadros, en sí todas las artes) producidas por intelectuales importantes. Por eso también fue inevitable mantener a la sociedad callada para toda la vida. Aunque su función la cumplieron bastante bien, no fue suficiente. Creo que este tipo de escritura es también lo que mantiene vivo el entendimiento crítico de situaciones que no pueden ser mostradas o contadas tan abiertamente.
Leer este tipo de texto sirve para ubicarnos como escritores en una idea de lo que el género nos permitiría alcanzar.

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